martes, 9 de diciembre de 2008

Lupita Reyes, ¡qué buena está!



Estamos a 3 días de que dé comienzo el maratón más grande de todos los tiempos: el de Guadalupe- Reyes. Y es que así es como se le conoce coloquialmente a esta serie de tertulias que inician el 12 de diciembre con el festejo de la Virgen de Guadalupe en México y culminan con la llegada de los reyes magos el 6 de enero, donde a lo largo de esos días no paramos de celebrar a manos llenas o mejor dicho, a barriga llena. ¿Quién no tiene una lupita en su casa? Desde ahí comenzamos con el pretexto de celebrar a nuestra Lupe con tremenda comilona o ya de menos con una buena peda, y como este año cae en viernes, pos nos seguimos la pachanga todo el fin de semana por aquello de las pre-posadas. Luego, llega el 16 de diciembre con el inicio oficial de las posadas navideñas, donde lejos de seguir la tradición de tocar la puerta de un hogar para pedir posada, pos nos tomamos el atrevimiento de meternos literalmente a casa de cualquier hijo de vecino a gorrear el ponche con piquete y las gorditas que la anfitriona preparó y que seguramente no han de faltar. Y así nos la seguimos durante esos cortísimos 9 días hasta llegar al 24 de diciembre, Nochebuena, o muuuy buena noche… de briaga? Ese día pos nos atragantamos de pavo, lomo a la cocacola, -jaja, me acorde del tío chucho con su receta-, pierna adobada –que por cierto le sale muy rica a mi señora madre-, romeritos, bacalao, etc etc etc. Y lo que no puede faltar es el alcohol al por mayor, llámele como le llame, porque incluso la sidra tiene alcohol, pa´quellos que disque no chupan. Llega el 25 y todos muy crudelios seguramente seguirán bebiendo aquellos menjurjes embriagantes. Después está el 28 de diciembre, día de los santos inocentes; inocente aquel que no tome porque seguramente lejos de llamarle inocente tendrá otro calificativo acuñado por sus compinches. El 31 de diciembre, una semana después de aquella inolvidable jarra que nos pusimos pa´esperar al niño Dios, nos toca reflexionar sobre lo bueno y malo que hemos hecho a lo largo del año e incluso nos ponemos límites o propósitos de año nuevo nosotros mismos, pero mientras, pos hay que festejar que el año viejo acabó y llega uno nuevo. El 1 de enero, ídem que el 25, y curiosamente en mi casa el día 2 de enero cumple años mi progenitora, así que ya se imaginarán cuánto dura la fiesta en esos días. Ya entrado el asunto, el 3, 4 y 5 de enero lo usamos pa´descansar y el 6 nuevamente la reunión familiar, laboral e incluso con los cuates se da para partir la tradicional rosca de reyes, pero nuevamente, en mi familia tengo una prima que para su infortunio nació el 6 de enero y pos nada de pastel, todos se hacen rosca, ¿pero qué tal?, lo que no falta ese día es otro chupe pa´ disque agasajar a la festejada.

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