domingo, 22 de febrero de 2009

Golpes de pecho

Crisis económica, de valores, social, política, familiar, personal, futbolera, alimentaria, ecológica, etc., etc., etc., son algunos de los síntomas que experimenta la decadencia de la humanidad. Pero ese no es el tema –solo se me ocurrió porque un canto gregoriano de Hildegard von Bingen me inspira en este momento-, sino que muchas veces hemos escuchado a los representantes de la iglesia católica que debemos inculcar los valores de la familia para lograr el bien común y superar los retos que esta sociedad libertina nos enfrenta, pero no nos hemos puesto a pensar en la falta de calidad moral que muchos -de los que se dicen religiosos- experimentan. Tan solo basta decir la falta de compromiso de quien ingresa a la vida religiosa en el voto de castidad, continencia o celibato, véase desde cualquier perspectiva, pues muchos de esos "hombres de fe" resultan violadores, pederastas, clérigos de doble moral y amantes de una deliberada sexualidad activa. Mientras que en el viejo continente el tema de la castidad es objeto de cuidadosos análisis y serios cuestionamientos al interior de la Iglesia por parte de laicos, clérigos y teólogos de la misma fe, en México no cobra aún mucho auge, la iglesia prefiere callar ante una sociedad ávida de respuestas y profundas explicaciones que caer en mayores escándalos, Ahí está como ejemplo el caso de Marcial Maciel -fundador del Regnum Christi (asociación seglar) y de la congregación católica romana Legión de Cristo-, acusado de pederastia y como él, en el pasado se dieron casos como el del ex nuncio papal Girolamo Prigione y su concubinato con la monja Alma Zamora, situación que quedó en el olvido de muchos. O el reporte del ex obispo de Oaxaca, Bartolomé Carrasco, quien en su visita al Vaticano reportó que en su diócesis "el setenta y cinco por ciento de los sacerdotes no guardaban el voto del celibato sacerdotal, dejando entrever que muchos tenían una o varias concubinas, mientras que otros tenían simples aventuras sexuales durante su vida eclesial activa". Y así como esos, existen muchos más casos que no son conocidos por el dominio público o simplemente pasan inadvertidos, como el caso de sacerdotes en Estados Unidos quienes a cambio de ser absueltos de todo pecado y cargo en contra de ellos por ser pedófilos, pagan una fuerte suma de dinero a sus agraviados, dejando solo en la memoria de la víctima un mal sabor de "boca".

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